INTERNACIONALES
Tendencia

Charlie Kirk, activista de derecha y aliado cercano de Trump, muere a los 31 años

El fundador de Turning Point USA desempeñó un papel fundamental en la organización de los jóvenes votantes y en darle forma al programa político pro-Trump. Recibió un disparo mortal durante un discurso en Utah.

 

Charlie Kirk, un niño prodigio conservador que, a través de su programa de radio, sus libros, su organización política y sus incesantes giras de conferencias, se convirtió en un aliado cercano del presidente Donald Trump y contribuyó en gran medida a darle forma al movimiento de extrema derecha que se aglutinó alrededor del actual mandatario de Estados Unidos en la última década, murió de un disparo el miércoles en Orem, Utah, donde estaba hablando en un acto en un campus universitario. Tenía 31 años.

El presidente Trump confirmó la muerte en Truth Social, su sitio de redes sociales.

Kirk acababa de subir al escenario del evento, en la Universidad del Valle de Utah, cuando recibió un disparo en el cuello poco después del mediodía. Fue trasladado a un hospital cercano, donde posteriormente fue declarado muerto.

Kirk era quizá la voz más destacada de una cohorte de jóvenes activistas conservadores que surgieron durante la era Trump. Tenía poca relación o respeto por el poder tradicional republicano, o por las ideas que tradicionalmente sustentaban el movimiento conservador.

En cambio, demostró talento en el uso de las redes sociales y la organización universitaria para conseguir seguidores, que luego presentó a donantes y políticos afines a Trump para obtener más recursos y acceso.

A finales de 2024, se le consideraba una figura muy influyente capaz de potenciar a otros. Había sido uno de los primeros defensores de la elección del senador JD Vance de Ohio como compañero de fórmula de Trump. Varios de sus mayores donantes obtuvieron puestos en el gobierno de Trump, y fue fundamental a la hora de recabar apoyos para asediados nombramientos en el gabinete, como el de Pete Hegseth, quien fue acusado de agresión sexual después de que Trump lo eligiera como secretario de Defensa.

Asimismo, movilizó a sus partidarios contra Ronna McDaniel, presidenta del Comité Nacional Republicano, de quien dijo que no apoyaba suficientemente a Trump. McDaniel renunció a principios de 2024.

Kirk nunca buscó un puesto en el gobierno. En cambio, durante el último año quedó claro que su ambición era algo mucho mayor: remodelar el Partido Republicano y, más allá de eso, la propia política estadounidense.

“Queremos transformar la cultura”, declaró a The New York Times Magazine en febrero.

Kirk tenía 18 años cuando, en 2012, fundó Turning Point USA, una iniciativa que concibió como una respuesta conservadora a las plataformas de organización liberales como MoveOn.org. Atrajo un importante apoyo inicial de donantes republicanos como Foster Friess y de miembros de la familia Trump, como el hijo del presidente, Don Jr., a quien le atrajo su rostro fresco y su audaz propuesta de ganar terreno entre los votantes jóvenes.

Con rapidez se convirtió en una figura recurrente en la esfera mediática cercana a Trump. Tuiteó sin descanso con un descarado giro derechista, incluidos comentarios incendiarios sobre judíos, homosexuales y negros. Incluso algunos conservadores encontraban desagradable su enfoque, pero no Trump: una señal del ascenso de Kirk fue la frecuencia con la que Trump retuiteaba sus publicaciones.

Mientras Trump hacía campaña para su reelección en junio de 2024, Kirk le dio la bienvenida a un acto de Turning Point USA en Phoenix. Una señal del ascenso de Kirk fue la frecuencia con la que Trump retuiteaba sus publicaciones.Credit…Ash Ponders para The New York Times

Al comienzo del primer gobierno de Trump, en 2017, Kirk ya era habitual en el circuito de expertos conservadores de la televisión y un orador muy solicitado por las organizaciones de derecha. Demostró ser un orador cautivador y un polemista muy capaz, con un don para dar coherencia a las declaraciones del presidente, a menudo de lógica frágil.

Era igualmente influyente dentro del gobierno. Afirmó haber visitado la Casa Blanca unas 100 veces durante el primer mandato de Trump, incluidas reuniones para debatir nombramientos y decisiones de personal de alto nivel.

Kirk no era la única cara joven del emergente movimiento Trump. Pero mientras que activistas como Nick Fuentes y Milo Yiannopoulos fueron demasiado lejos y demasiado pronto en su adopción de ideas abiertamente racistas y homófobas, Kirk demostró tener dotes excepcionales siendo capaz de virar rápidamente entre los activistas de extrema derecha, los republicanos del establishment y los jóvenes votantes escépticos.

Centró su activismo en lo que caracterizó como marxismo desenfrenado e ideología de género en los campus universitarios. Animó a los estudiantes a denunciar a los profesores de los que sospecharan que impulsaban esas ideas, e hizo lo mismo apelando a los padres y a los alumnos de primaria.

Turning Point creció rápidamente, añadiendo decenas de sedes universitarias al año y desplazando en gran medida a organizaciones juveniles conservadoras más antiguas, como Young Americans for Freedom. No solo llevó a oradores de derecha de alto nivel a las universidades, sino que también proporcionó formación, redes y organización, creando en el proceso una tupida red de activistas y futuros políticos.

Demostró ser un experto en presentar sus apariciones públicas con telones de fondo elegantes y producciones de gran valor. Dio nombres a sus giras de conferencias: “Exponiendo el racismo crítico” (2021), “Te están lavando el cerebro” (2024).

Kirk se elevó aún más en la estratósfera conservadora durante los primeros días de la pandemia, cuando se apresuró a atacar a la Organización Mundial de la Salud —la que, a su manera típica, llamaba “Organización de la Salud de Wuhan”— por ocultar el origen del virus COVID-19 y afirmó que este había surgido de un laboratorio chino de la ciudad de Wuhan. Luego se opuso a los cierres de escuelas y a las exigencias de mascarillas.

Kirk estaba tan dispuesto a difundir afirmaciones sin fundamento y mentiras descaradas —dijo que el fármaco hidroxicloroquina era “100 por ciento eficaz” en el tratamiento del virus, lo cual no es cierto— que Twitter le prohibió temporalmente el acceso a principios de marzo de 2020. Pero la medida solo aumentó su notoriedad y pareció apoyar su afirmación de que estaba siendo amordazado por una élite liberal.

 

 

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba