EE.UU. ordena la salida de Haití de su personal diplomático «no esencial» por aumento de inseguridad
Washington reclama a sus ciudadanos que no viajen al país y pide a los que estén en Haití que salgan "lo antes posible"
El Gobierno de Estados Unidos ha ordenado la salida de Haití de todos los familiares de funcionarios estadounidenses y de los empleados «no esenciales» en territorio haitiano, al tiempo que ha pedido a sus ciudadanos que no viajen al país debido a la oleada de inseguridad.
El Departamento de Estado estadounidense ha detallado en un aviso de viaje publicado en su página web que «los ciudadanos en Haití deben abandonar el país lo antes posible a través de vías comerciales u otras opciones de transporte privadas disponibles ante la situación de seguridad y los desafíos de infraestructura».
«No viajen a Haití a causa de los secuestros, el crimen, los desórdenes civiles y la mala infraestructura sanitaria», ha manifestado, antes de incidir en que «los ciudadanos estadounidenses que quieran salir de Puerto Príncipe deben seguir la prensa local y hacerlo únicamente cuando consideren que es seguro«.
Asimismo, ha incidido en que «los secuestros son generalizados» en el país y que «las víctimas incluyen de forma regular a ciudadanos estadounidenses». «Los secuestradores podrían usar planes sofisticados o aprovecharse de oportunidades no planificadas, e incluso ha habido ataques contra convoyes».
«Los casos de secuestro implican a menudo negociaciones para el pago de rescates y las víctimas estadounidenses han sufrido daños físicos durante los secuestros. Las familias de las víctimas han pegado miles de dólares para rescatar a sus familiares», ha detallado.
Por otra parte, ha subrayado que el país hace frente a una alta tasa de «crímenes violentos» y ha alertado de que desde abril se ha registrado además un incremento de los linchamientos de supuestos criminales. «Los viajeros son a veces seguidos y atacados con violencia y robados poco después de salir del Aeropuerto Internacional de Puerto Príncipe», ha explicado.
«Las protestas, manifestaciones, quema de neumáticos y bloqueos de carreteras son frecuentes, impredecibles y pueden derivar en violencia», ha manifestado el Departamento de Estado, que ha reseñado que «el Gobierno de Estados Unidos hace frente a limitaciones extremas en su capacidad de dar servicios de emergencia a los ciudadanos estadounidenses en Haití».
«Esta ayuda sobre el terreno está disponible únicamente a partir de las autoridades locales», ha dicho, al tiempo que ha argumentado que «la Policía Local carece en general de los recursos para responder de forma efectiva ante incidentes criminales graves». A ello se suman «la escasez de gasolina, electricidad, medicinas y suministros médicos en gran parte de Haití» y el brote de cólera confirmado recientemente por las autoridades.
La decisión ha sido anunciada apenas dos días después de que la Embajada estadounidense en Puerto Príncipe confirmara que su personal diplomático había sido confinado en el recinto de la legación debido a «intensos tiroteos» registrados en las inmediaciones de las instalaciones. Asimismo, hizo un llamamiento a «evitar la zona» y realizar «manifestaciones y grandes reuniones».
Los incidentes tuvieron lugar horas después de que la Policía haitiana dispersara con gases lacrimógenos a decenas de familias que se habían refugiado frente a la Embajada de Estados Unidos para intentar huir de la violencia de las pandillas. Las familias habían pedido ayuda a las autoridades nacionales e internacionales ante el agravamiento de la crisis en el país.
Haití se encuentra en medio de un escalada de violencia nacional, con zonas prácticamente controladas por bandas armadas, y ataques y secuestros diarios, que se han cobrado la vida desde principios de año de más de 1,400 personas, según estimaciones de Naciones Unidas. La crisis de violencia generalizada en el país se ha visto agravada por el colapso económico y la epidemia del cólera, por lo que el número de personas necesitadas de ayuda humanitaria en Haití se ha duplicado en los últimos cinco años.